El motor V12 atmosférico del Ferrari Purosangue cuenta con un par motor del 80% ya disponible a 2.100 rpm y una potencia máxima de 725 cv, y la respuesta del acelerador es la propia de un auténtico deportivo. La mejora de la eficiencia mecánica y de la combustión obtuvo especial atención, empleando conceptos de calibración derivados de la Fórmula 1. Sus inconfundibles armónicos acompañan al conductor y a altas revoluciones se produce un cautivador crescendo, una cima de brillantez que sólo los motores Ferrari pueden ofrecer. Los volúmenes del coche exigieron un replanteamiento radical tanto de los métodos como de las soluciones, así como cientos de horas en el túnel de viento y miles de simulaciones CFD (Computational Fluid Dynamics). De hecho, este es el tipo de trabajo de desarrollo que se invierte en los deportivos más rápidos y potentes de la gama.